Una vez finalizado el año 2022, en Bodegas Carmelo Rodero se hace balance sobre los retos alcanzados en cuanto a responsabilidad social corporativa y sostenibilidad. El resultado no puede ser mejor y las metas se han conseguido tal y como se marcaron a principios de año.
Como empresa familiar creada en 1991, Bodegas Rodero siempre ha apostado por la viticultura inteligente y por la constante innovación en todo el proceso de elaboración del vino. Trabajando para conseguir el objetivo de consolidarse como una bodega de referencia y firme en sus valores, el respeto a la materia prima para lograr caldos de calidad ha sido innegociable.
El compromiso con la sostenibilidad ha quedado definitivamente consolidado este año 2022 con diferentes acciones que han logrado aumentar el impacto positivo de Bodegas Rodero en el ámbito medioambiental.
Las fuentes de energía renovables son un elemento fundamental dentro de la responsabilidad social de una empresa y la bodega burgalesa ha hecho una importante inversión. Así, se han instalado 215 placas fotovoltaicas en la cubierta del edificio más moderno del complejo que van a generar casi 100.000 kWh a lo largo de 2023, lo que supone un ahorro energético del 38%.
El reciclaje, teniendo en cuenta los materiales y las elevadas cantidades de los mismos que se utilizan en un proceso de elaboración del vino, debía ser un punto de mejora importante. Por ello, Bodegas Rodero cuenta con el 100% del suministro de cartón procedente de papel reciclado al 70%. También el vidrio se reutiliza y, dado el compromiso contraído con la sostenibilidad, los proveedores de botellas suministran a Rodero productos con más del 50% de material reciclado. Finalmente, las cápsulas también incluyen elementos reutilizados en más de la mitad de su composición.
Bodegas Carmelo Rodero sigue firme en su compromiso medioambiental y, con las diferentes medidas tomadas a lo largo de este año, consolida su compromiso con la sostenibilidad de forma sólida y constante.