La naturaleza es nuestra mayor aliada. La producción de vinos depende directamente del medio ambiente y del cuidado de éste, de otra forma, la industria vitivinícola no tendría cómo desarrollarse.
El cambio climático es una realidad. El escenario actual en el que nos movemos nos obliga a tomar serias medidas para contribuir a la conservación del planeta y hacer frente a la subida gradual de temperaturas. El aumento de más de un grado centígrado en los paisajes de la Ribera del Duero en las últimas décadas, resultado del efecto invernadero, incide directamente en nuestros viñedos y en la producción de las uvas. Los ciclos de maduración de nuestras «perlas negras» se han visto alterados y el grado alcohólico de los vinos se ha incrementado de forma progresiva.
Por este motivo, resulta fundamental que desde Carmelo Rodero nos adaptemos a los nuevos cambios y trabajemos para proteger nuestra tierra, elaborando vinos respetuosos con el medio ambiente, de una manera sostenible y cuyo origen provenga de energías renovables. En consecuencia, el próximo mes de mayo iniciaremos, en la bodega, la instalación de equipos fotovoltaicos, con los que pretendemos obtener una fuente de energía limpia con la que abastecernos.
Estas instalaciones se situarán en la cubierta de la bodega e incluirán una potencia nominal de 100KW, a través de la cual se pretende que toda la energía producida que requerimos, provenga de una fuente renovable y respetuosa. Tal y como apunta nuestra directora comercial, María Rodero, el principal objetivo de este proyecto es «sustituir la energía que se consume en la bodega, con la obtenida de una fuente de energía limpia».
La firma de este nuevo proyecto se realizó el pasado mes de enero y está previsto que a lo largo del próximo mes de mayo se inicie la instalación de los paneles solares en Bodegas Carmelo Rodero.